Nunca rendirme...
Después, cuando entré a secundaria, me animé a probar algo nuevo: el voleibol. Al principio no sabía ni cómo moverme bien en la cancha, ni cómo hacer un buen saque. Pero me gustó desde el primer día. Conocí a compañeras muy buenas y un entrenador, Pedro, que desde el inicio me apoyó y me tuvo paciencia. Él me enseñó lo...